
el día amanece con el alba en el pincel.

Si meditar fuera
retorno como seña
al punto
diría que si pero
el oro de la noche
apunta hacia su desaparición
y en el cuarto la extensión lleva un racimo atado a tu cintura
y el reposo
no pondrá la seña a salvo:
la quemamos juntos
Volveremos al arco. Acaso un cuadro

Esta mirada donde nos damos cita
Requiere que un cuarto de piel sea luna...
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