samedi, août 13, 2005

Dibujar su querencia

El nacimiento del dibujo Acrílico sobre tela

Nota para dibujos II

La niña. Son los primeros días de abril, la temperatura y los naranjos indican el cambio de estación. Desde lejos vi la silueta de la niña que dibujaba en la arena. El contraste era fuerte. En la arena húmeda se distingía el reflejo del entorno azul. Su posición aparecía con claridad; los tonos se reducían a tres: ocres para la luz, terracota oscura a azul pardo para las sombras.

Al acercarme un poco más me di cuenta que su trazado delimitaba un espacio; no era un dibujo.

Seguí caminando... cuando me aleje lo bastante me di vuelta, podía ver toda la Caleta. Saqué una foto, diciéndome que "en alguna parte estaría la niña... "

Aquellas palabras quedaron dándome vuelta; reunían muchas cosas. Me decían que Cla de pequeña tenía que ser como ella, también me mostraban el rostro de Heliose el día que se puso los lentes de sol, pero no la veía a ella dibujando (aún era demasiado pequeña) la asociaba con su padre, un amigo, como para hacer pausible algo que venía pensando y que de pronto me pareció evidente: esa niña también podía ser mi hija...


El paisaje cambió. La veía de lejos. Sería un cuadro, lo llamaría: El nacimiento del dibujo.

Me di cuenta que su labor había cesado. Volví a acercarme. Jugaba. Lo que había dibujado en el suelo era algo así como un territorio, se encontraba en su interior. No podía oír lo que se decía. Quizás se contaba una historía...

Tenía su mundo, había logrado dibujar su querencia... En ese mismo lugar después encontraría un hombre. Haría lo mismo que la hija de Butades.


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